martes, 8 de septiembre de 2009

Not this leg.

En una memorable secuencia de la serie televisiva House, el célebre y antipático doctor estaba a punto de ser operado de una pierna, y para evitar problemas con su cirujano escribía en su muslo izquierdo las palabras “not this leg” (ésta pierna no). Puede parecer exagerado, una hipérbole más de entre tantas como se ven por televisión, pero fíjense en lo que ha ocurrido hace bien poco en el hospital Gregorio Marañón, y verán la poca gracia que tiene el asunto.

Resulta que hace unos días entró un paciente de trece años en dicho hospital, acompañado por sus padres. Tenía una fisura en la órbita del ojo derecho, fruto de una paliza, y era necesario operar para reparar el daño inmediatamente y evitar problemas mayores.

Hasta aquí todo normal. Sin embargo, cuál no fue la sorpresa de los padres al descubrir, tras la operación, que el cirujano ¡se había equivocado de ojo! Tras mucho discutir con todo el personal, cirujano incluido, y desesperados porque todo el mundo les decía a aquellos padres que estaban equivocados, consiguen el historial del niño y demuestran que, efectivamente, el ojo malo era el derecho y no el izquierdo.

No contentos con su hazaña, los médicos aseguran a los padres que tampoco es para ponerse así, llegando incluso a asegurar que estaban seguros de que en el ojo izquierdo había otra fisura (no, si encima la operación le vino de perlas, al chaval). Eso sí, se comprometen a operar el ojo primigenio, y dan por zanjado el asunto.

Sin embargo, y después de una semana de intervenciones, gritos y desesperación por parte de una familia que sencillamente no entiende nada, al niño han tenido que volver a operarlo en el ojo derecho porque (de nuevo) los médicos no hicieron bien su trabajo. Según ellos, el muchacho no tendrá secuelas y podrá llevar una vida normal (muy alejada, imagino, de semejante jaula de grillos).

Sinceramente, hasta hoy yo no pensaba que este tipo de casos podían darse en la realidad (ni siquiera en España, ojo), quizá porque yo mismo he sido operado en dos ocasiones, y en ambas el cirujano operó la rodilla adecuada. No obstante, y visto lo visto, a partir de ahora voy a tener que tomar buena nota del doctor House y hacerme un tatuaje aclaratorio, no sea que algún licenciado vidriera tenga a bien extirparme algo que no debe.

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