En 1994 los videojuegos se basaban todavía en una mecánica de gráficos simples, realizados en dos dimensiones a base de sprites o cuadrículas de colores. Nintendo, que por aquella época todavía no lograba despegarse de Sega como competidora, dio un profundo salto de calidad con el lanzamiento, esas mismas navidades, de Donkey Kong Country. Su novedosa técnica de gráficos renderizados, que daban apariencia de tres dimensiones, provocó admiración y una avalancha de epígonos en todo el mundo.
En realidad, el mono gigante llevaba ya unos cuantos años en esto del negocio informático (de hecho, debutó al mismo tiempo que Mario), pero nunca había tenido demasiado protagonismo. Con este juego, los genios de Rare crearon para él todo un universo renderizado plagado de selvas, montañas nevadas, profundidades oceánicas y barcos piratas, así como una galería de personajes tan carismáticos como su fiel amigo Diddy Kong o King Krool, el reptil que hacía de villano.
Donkey Kong Country era mucho más que un juego bonito. Derrochaba originalidad en un género tan trillado como las plataformas, y era tan profundo como variado (las secuencias en que viajabas subido a otros animales eran desternillantes), contando, además, con áreas ocultas, secretos y mil detalles que animaban a jugarlo una y otra vez. Su dificultad era encomiable, algo compensando, eso sí, por un control prácticamente perfecto. Y por si todo eso fuera poco cada uno de los personajes principales aportaba un estilo de juego diferente, lo que sumado a la belleza de los paisajes y a su gran sentido del humor terminaba por redondear un juego excelente.
Este gran plataformas alcanzó un equilibrio inigualado por las dos secuelas que la saga conoció en Super Nintendo y la de Nintendo 64, esta vez ya en 3-D. Es, posiblemente, el mejor en su género por lo que supuso en su momento, pero también porque ha resistido el paso del tiempo con una salud excelente. Juegos con tanto encanto, simpatía e ingenio no se encuentran ya en el mercado y por eso forma parte, con todo merecimiento, de este Top 20 de juegos históricos.
P.d: http://www.youtube.com/watch?v=kdzAqO1NBik A pesar de la fanfarronada de pasarse el juego en 25 minutos, no se fíen del autor de este link: si se fijan, es un emulador trampeado, que permite al jugador ser, literalmente, invencible. Así cualquiera.
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