martes, 26 de mayo de 2015

El otoño sin cimiento...




No he dejado de sentirme solo
desde el día en que te eché de mi lado,
desde aquel infausto día grabado
en el eco del cántico de Eolo.

Tu imagen vuelve a mí sobrecargada
de recuerdos que no puedo evitar,
desde aquel primer brillo del mirar
al primer beso en la noche estrellada,

el verano cálido de oro en la era,
la distancia en las nieves del viento
y al fin tu abrazo dulce en primavera.

Ahora vivo un otoño sin cimiento,
con la conciencia hundida en la frontera
de la culpa y el peor remordimiento. 

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