Los survival horror son un género donde el jugador se pone en la piel de un policía o investigador y suele atravesar una serie de áreas infestadas de zombies, monstruos mutantes y demás criaturas del Averno hasta encontrar la salida a semejante pesadilla. Quizá las sagas más conocidas sean Resident Evil o Silent Hill, aunque no las únicas ni, por supuesto, las primeras.
Allá por 1992, la compañía Infogrames sacó al mercado del PC un juego que supuso un avance espectacular sobre todo lo visto anteriormente: Alone in the dark. El lanzamiento llamó la atención de todo el mundo por el uso de unos inteligentes gráficos que mezclaban figuras poligonales sobre unos detallados fondos estáticos, pero sobre todo por una historia apasionante y excelentemente ambientada.
El jugador podía optar entre Edward Carnby y Emily Hartwood, dos investigadores que viajaban a una misteriosa mansión a petición del dueño. Al llegar allí, se daban cuenta de que no había nadie (en apariencia), y al tratar de salir recibían ataques de las más insospechadas criaturas. La misión del jugador era abandonar la mansión con vida, y ya de paso, resolver los misterios de aquel lugar maldito.
A la hora de jugar, el control permitía un desplazamiento en tercera persona y en tres dimensiones, algo inédito hasta el momento. Los movimientos de los personajes, aunque no tan refinados como los de las nuevas generaciones, asombraron entonces por su fluidez y variedad, ya que los personajes corrían, saltaban, atacaban con armas, puños y piernas, subían o bajaban escaleras y morían de las formas más espeluznantes y sobrecogedoras. Los enemigos, aunque gráficamente más pobres, también destacaban por su variedad e ingenio.
Además de la mansión, llena de secretos y libros plagados de información y de historias de terror, el jugador debía atravesar las catacumbas que se encontraban debajo, un torrente imaginativo que parecía sacado del mejor relato de Allan Poe. Todo ello acompañado por un apartado sonoro que ponía los pelos de punta (puertas chirriantes, pasos sobre la madera) y una selección musical que incluía, entre otras, la mismísima Danza macabra de Saint-Saëns.
Alone in the dark invitaba al jugador a adentrarse en un terreno inexplorado, profundo y aterrador, en el que lo de menos era terminar la partida. Pocos juegos proporcionaron en su día una experiencia visual tan apabullante y novedosa, con un sistema de juego tan adictivo como lleno de posibilidades. Un clásico, en definitiva.
P.d: http://www.youtube.com/watch?v=YLw3fmHgPgo&feature=related Sí, es cierto que el juego ha envejecido muchísimo. No obstante, a nivel de sistema de juego lo único que han podido hacer los grandes reyes del género en la actualidad ha sido copiar a los chicos de Infogrames. De ahí su importancia.
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