jueves, 13 de agosto de 2009

Fantasmas del pasado



Con total merecimiento, la Historia del deporte español tendrá lugar en su memoria colectiva para Rafael Nadal, destinado a ocupar un lugar superior incluso al de Manolo Santana (mal que le pese a este último). Lo que a lo mejor no dirá esa historia con adornos de campeón es que a Nadal lo precedió la que, posiblemente, ha sido la mejor hornada de tenistas españoles, desde Emilio y Arantxa Sánchez Vicario, Jordi Arrese, Conchita Martínez, Alberto Berasategui y el gran Sergi Bruguera, a principios de los 90, pasando por Albert Costa, Carlos Moyá, Álex Corretja y Juan Carlos Ferrero en los años siguientes.

Fue este último con el que precisamente descubrí yo el tenis como aficionado, fue él y no Nadal el primero en tenerme atado horas a la pantalla con sus excelentes partidos, que coronó con la consecución de cuatro master series, dos Copa Davis, un trofeo de Roland Garros, una final del U.S. Open y el nº 1 del mundo, estos tres últimos logros en 2003.

El declinar de su estrella coincidió con el ascenso de Nadal, que ya entonces, con 17 años, prometía todo lo que ha cumplido (y lo que le queda). Ferrero fue relegado a un segundo plano, primero en el equipo español de copa Davis por el propio Nadal y posteriormente en su rendimiento individual. Llegó a bajar más de 150 puestos en la clasificación de la ATP, y dicen que por un momento llegó a pensar incluso en la retirada.

Menos mal que no lo hizo. Hoy, a sus 29 años y tras una lenta recuperación física y psicológica, Ferrero está haciendo un papel sensacional en el Master Series de Montreal, donde ha barrido de la pista a su rival de toda la vida, Lleyton Hewitt (1-6, 4-6) y luego a un gran Gael Monfills (6-3, 7-6), con un dominio del tenis prodigioso en aspectos clave como el resto, el revés o unos drive en la línea que desesperan a sus rivales, y que recuerdan al grandísimo campeón que en 2003 hacía palidecer de miedo a los oponentes.

Curioso que sea en este torneo, cuando Nadal titubea con lesiones y una baja forma física, el momento elegido por Ferrero para reaparecer por la puerta grande. Cosas del tenis.

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