En el recientemente celebrado Expomanga, que ha formado considerables colas en la Casa de Campo de Madrid el pasado fin de semana, tuve la oportunidad de hacerme con una copia en BD/DVD del primer volumen de Rebuild of Evangelion, una especie de nueva versión de la serie de culto japonesa de mediados de los 90 que sus creadores han decidido rehacer prácticamente desde cero, empleando modernas técnicas informáticas y agrupando el material de los 26 capítulos de su única temporada en cuatro películas de aproximadamente dos horas de duración. La copia que conseguí contenía las dos primeras (You are (not) alone y You can (not) advance), además de un pequeño libreto que explicaba buena parte de los conceptos claves para poder seguir la serie sin perderse demasiado, en una edición final tan cuidada como recomendable.
Lo cierto es que resulta realmente difícil explicar en qué consiste la magia de Neon Genesis Evangelion. Desde un punto de vista argumental y sin ánimo de desvelar ningún secreto, la historia no puede ser más tópica y llena de “japonesadas”: en un futuro apocalíptico en el que más de la mitad de la raza humana ha sido exterminada, unos misteriosos monstruos llamados “ángeles” son los aparentes responsables de dicho genocidio, y amenazan con acabar con la otra mitad restante si nadie hace nada al respecto. Lógicamente, ahí están los japoneses para salvar el mundo con sus robots gigantescos, en una versión remozada del clásico Mazinger Z, que tripulados por unos adolescentes son la única esperanza de supervivencia para la humanidad.
Reconozco que en su momento me enfrenté a semejante asunto con bastante escepticismo, en parte porque por aquel entonces no era muy fan de este tipo de dibujos y en parte porque el tema me tiraba un poco para atrás. Sin embargo, el ritmo narrativo de la serie es excelente y ya desde la primera secuencia va directa a la acción, sin apenas tiempo para presentar a sus personajes principales o hacerte una mínima configuración de lugar. La galería de situaciones y caracteres es amplia y variada, destacando por encima de todos ellos Shinji Ikari, el joven piloto del robot Eva 01 cuyas tribulaciones y complejos inundan buena parte de los episodios y facilitan la tensión en prácticamente todas las fenomenales secuencias de batalla contra los ángeles. Junto a él destacan Rei Ayanami, la misteriosa piloto del Eva 00 que se ha convertido en algo así como el icono de la serie (casi franquicia, con tanta película posterior a la serie como ha habido), la jovial e intrépida Asuka o Misato, que ejerce de figura maternal para todos ellos con su actitud optimista y rigurosa a partes iguales.
No obstante, y más allá de su fabuloso diseño en todos los apartados, la serie me atrapó porque desde muy pronto me di cuenta de que en Neon Genesis Evangelion hay siempre más de lo que parece a primera vista. La trama es en realidad una pantalla para otras muchas, realmente complejas y con gran calado filosófico, religioso y existencial, que van mucho más allá de su tópica premisa de partida. Los personajes son auténticos prodigios de complejidad, desde los principales a los secundarios, y ocultan decenas de secretos que se van dosificando sabiamente, a un ritmo tal que cuando uno se quiere dar cuenta ya está devorando su enigmático final, tan desafiante como propenso a iniciar todo tipo de debates sobre el sentido de la existencia, los sistemas de control y manipulación de las masas, las relaciones familiares, los vínculos con los semejantes, el amor, la amistad, la traición y tantos otros.
La clave del éxito de Evangelion está en tomar un molde formal establecido (los combates de mechas contra monstruos en ambientes urbanos o naturales), y trascender a partir de ahí las limitaciones de dicho molde para alcanzar estadios cualitativamente superiores. El ejercicio de introspección que tiene lugar dentro de los Evas, donde los adolescentes flotan en una especie de líquido primigenio, es sencillamente asombroso, tanto por sus ramificaciones posteriores como por el modo en que influye de manera decisiva en el devenir de los combates en cuestión. El empleo de técnicas narrativas que combinan con gran habilidad el flash back, el flash forward e incluso pasajes oníricos y surrealistas sumergen al espectador en un espectáculo que transporta esta experiencia a años luz de su, hasta cierto punto, pobre punto de partida.
Por otro lado, el carisma de los personajes y las revelaciones que van acelerándose hasta un final de infarto son otras dos claves que mantienen constante el interés por saber qué viene después. Siempre me ha parecido sensacional el modo en que se introducen personajes nuevos en esta historia, como Asuka o especialmente Kaworu, que con su pequeña participación en el tramo final contribuye a aumentar aún más la grandeza de una serie que destaca, además, por un inteligente uso de la banda sonora y de unos efectos tan contundentes como sus colosales protagonistas. A esto se suma el ya mencionado y fabuloso diseño, que tienen en los ángeles una variedad terrorífica e inquietante, y que suma puntos a una cuenta final donde lo más importante, lo que queda, es el sabor de boca de haber asistido a una narración audiovisual sin precedentes.
En cualquier caso, y si alguien tiene ganas de enfrentarse a ella por primera vez, no se me ocurre una forma mejor que esta última edición que comentaba al inicio de la entrada. Rebuild no modifica nada esencial en cuanto a argumento (al menos las dos primeras películas), pero visualmente es un auténtico prodigio que combina animación tradicional y moderna sin estridencias ni presunciones, y que supera lo ya visto en tantos aspectos que resultaría agotador citarlos todos. Por su parte, el doblaje se ha actualizado bastante bien al castellano (aunque la versión latina del original era bastante decente, siempre ayuda por estos lares a acercarse aún más a los personajes), y también ofrece la posibilidad de verlo en japonés subtitulado, algo siempre tan del gusto de los amantes más acérrimos del anime.
Sea como fuere, creo que esta es una ocasión excelente para descubrir (o redescubrir, como es mi caso), uno de los fenómenos culturales asiáticos más importantes de las últimas décadas, tanto por su impacto en el momento de su lanzamiento como por el imponente legado que permanece con gran fuerza a día de hoy, y que está plenamente justificado por la creación de unos artistas, diseñadores y animadores en un estado de gracia absoluta.
1 comentario:
me enganché a esta serie hace ya puuuuuuuuuuf muchisisisimos años
y me captó en el primer momento :D
la de horas que pasé en el patio del instituto debatiendo sobre la serie, y sobre todo lo oculto que hay en ella.
aun no he visto lo nuevo que han hecho, pero porque he decidido esperar a que saquen las dos partes que faltan para poder verlo todo junto ^^
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