martes, 25 de diciembre de 2012

Lingotes de plástico


Jostein Gardner definió en su célebre El mundo de Sofía a los juguetes de Lego como los mejores del mundo por la posibilidad que daban a cualquier tipo de jugador, tanto infantil como adulto, de partir de una serie de propuestas para, a partir de ahí, desarrollar su creatividad literalmente hasta donde quisiera. Desde hace casi un siglo, esta empresa (cuyo nombre procede del danés leg godt, "juega bien") ha pasado por muchas fases, pero ninguna de ellas tan crítica como la que sufrió durante los años 90 y principios del nuevo siglo, donde sus pérdidas fueron astronómicas y hubo de despedir al 20% de su plantillla.

Hasta entonces y con muy ligeras variantes, la línea de productos de la compañía se había basado en grandes áreas temáticas al estilo de su gran competidora, PlayMobil: piratas, medievales, astronautas y ciudad. Sin embargo, el auge de la competencia directa, así como de otros centros de entretenimiento como los videojuegos obligó a Lego a tomar medidas drásticas. El resurgimiento de la compañía, además de por un acertado un cambio en la dirección, se produjo fundamentalmente por la decisión de abrirse a nuevos mercados y, en concreto, al mundo del cine y los videojuegos. Las franquicias de Star Wars, Harry Potter o El Señor de los Anillos han generado tal cantidad de beneficios en estos últimos años que dudo mucho que en Lego tengan que volver a preocuparse por nada durante las próximas décadas.

La gran diferencia que siempre he observado entre Lego y sus competidores en el mundo de los juguetes de construcción es la enorme calidad que atesora la práctica totalidad de sus productos. Todos ellos, con mayor o menor fortuna, están hechos con un cariño y una dedicación que hoy en día puede comprobarse con cada nuevo lanzamiento, que viene acompañado de un vídeo donde el diseñador concreto explica los motivos por los que realizó su producto en particular. Especialmente memorable en este sentido fue el del Discovery, la astronave de la NASA que el año pasado realizó su último vuelo y cuyo diseñador casi se echa a llorar de la emoción pensando en el homenaje tan sentido que había pretendido para tan señalada ocasión. La nave, sobra decirlo, es una obra maestra.

Además de seguir la vía de las franquicias comerciales, a las que se han ido sumando más aciertos, como la línea de súper héroes del tipo Batman o Los vengadores, junto con otros más discutibles como Indiana Jones, Piratas del Caribe o Toy Story, Lego creó una línea especial pensada para el público adulto, con diseños tan espectaculares y reconocibles como la torre Eiffel, el Taj Mahal o el Bridge Tower de Londres. Todos ellos superan las cuatro mil piezas, llegando a ser verdaderos puzzles tridimensionales que requieren paciencia, esfuerzo y dedicación, y que una vez completados ofrecen un resultado sencillamente soberbio. En una escala menor está la llamada "sección modular", una serie de edificios que pueden conectarse una vez construidos, hasta dar forma a una calle clavada a la de cualquier ciudad europea.

No obstante, y como buen friki que soy del universo galáctico y del tolkiense, a mí lo que más me fascina es ver recreados con tantísima calidad ambos mundos en muchas de sus escenas más representativas. Con motivo del 30 aniversario de El Imperio Contraataca o de El Retorno del Jedi, Lego sacó series conmemorativas con un nivel de detalle asombroso, como la base de Hoth o el bosque de Endor, por no mencionar toda la dedicada a Jabba, con su palacio, su barcaza y hasta la cueva del Rancor, con una perfección que es para quitarse el sombrero. El nivel de calidad destinado a las minifiguras de este universo en particular, como el de los más recientes diseños de la reina Amidala o Boba Fett, está adquiriendo tal nivel que ya se venden por Internet como auténticas piezas de coleccionistas a precios desorbitados (más aún que los oficiales de Lego, ya bastante elevados de por sí). Por si esto no fuera suficiente, a la línea regular Lego ha añadido una llamada Ultimate Collector Series, entiendo que para gente con un bolsillo generoso y un nivel de enfermedad mental bastante agudo, y que se deleita con recreaciones de naves clásicas como el Halcón Milenario, el Tie Fighter o el X-Wing hasta un punto que las convierte en auténticas joyas de exposición, y que en el caso del Halcón supera las cinco mil piezas, el récord absoluto de la compañía.

Respecto a El Señor de los Anillos, y aunque hay algunos sets inspirados en El Hobbit, para mí el de Las Minas de Moria se lleva la palma tanto por su diseño como por la fidelidad a la escena de La Comunidad del Anillo, aunque la batalla del abismo de Helm o Bolsón Cerrado no se quedan muy atrás. Es muy apreciable el esfuerzo por no limitarse a adaptar piezas existentes para  "refundir" la línea medieval con la fantástica, y por ello cada nuevo set es, como en el caso de las Minas, un auténtico tesoro en forma de lingotes de plástico.

La reacción de los fans del mundo no se ha hecho esperar y, espoleados por los diseños oficiales, han dado rienda suelta a toda su creatividad. Por todo el mundo se organizan convenciones, competiciones de diseños amateur y hasta últimamente ha cobrado notoriedad el fenómeno de Cuuso, una propuesta de diseños de aficionados de los que Lego hace una selección muy estricta para una posterior edición limitada oficial (la última en salir adelante ha sido el celebérrimo Delorean con Marty MacFly y el Doctor Emmeth Brown, de Regreso al Futuro, dejando fuera de la competición ni más ni menos que a la franquicia de Zelda, ahí es nada). Los ejemplos son incontables pero, por si tienen tiempo y ganas, hay un par de vídeos en youtube que muestran una base de Hoth clavada literalmente a la de la película que tiene miles de piezas. Además del enlace, también les dejo un diseño de un fan sobre Rivendel, la ciudad de los elfos, que es para echarse a temblar. 



(El plano general incluye, de izquierda a derecha, a Bilbo escribiendo su libro, Frodo y Sam en el balcón, el salón del consejo de Elrond, Merry y Pippin en un balcón superior, Arwen y Aragorn despidiéndose en el puente del río y a Elrond y a Gandalf departiendo en su sala principal, además del puesto vigía situado en el extremo derecho. En la imagen de abajo, detalle de Bilbo, Sam y Frodo).




Y este es el enlace a la impresionante base de Hoth. Desde luego, el creador tuvo un verano largo...

1 comentario:

LaPingu dijo...

Minas Moria es mi favorito sin duda ^^
Y la serie architecture es una pasada, a ver si sacan el Taj Mahal.

Yo seguiré pidiéndoles a los reyes magos el r2d2, algún año caerá :D