domingo, 8 de septiembre de 2013

31 motivos para la indignación (parte 2)


16.- Que la reforma laboral que se suponía que iba a solventar todos los problemas de empleo de este país haya tenido las siguientes consecuencias: incremento de los expedientes de regulación de empleo en un 75%, aumento del despido objetivo en un 50% y una cifra de paro total que rebasa los 6 millones de personas.

17.- Que aunque el Gobierno niegue una y otra vez que su reforma laboral facilite el despido, los datos sean incontestables: las empresas pueden despedir a sus trabajadores simplemente con justificar tres meses consecutivos de caída de ingresos, se pueden aplicar ERE sin necesidad de autorización administrativa y, además, el despido improcedente cambia su regulación, pasando de 45 a 33 días por año trabajado con un máximo de hasta 24 mensualidades, frente a a las 42 de antaño.

18.- Que los derechos de los trabajadores se reducen paso a paso, de forma inexorable. Ahora mismo,  faltar 9 días al trabajo, incluso aunque dichas faltas estén justificadas por enfermedad, está considerado motivo legal de despido. Los trabajadores con jornada parcial ya no pueden acumular las horas, y las mujeres ven limitado su derecho a la lactancia. Sobra decir que, gracias a la reforma, lo que decida el convenio de empresa pasa por encima de cualquier acuerdo entre patronal y sindicatos.

19.- Que los puestos de trabajo que se generan desde el comienzo de la crisis son precarios, temporales y con salarios más bajos, a lo que desde luego no ayudan en absoluto las continuas subidas de impuestos que el Gobierno ha venido practicando de forma sistemática, incumpliendo todas y cada una de sus promesas electorales. A la subida del IRPF, que el Gobierno llamó "recargo temporal de solidaridad", se sumó también las subidas de la luz y el gas (7% y 5%, respectivamente), el aumento del precio de la gasolina y la subida en 2013 del IVA, del 8% al 21%.

20.- Que se haya aprobado con total impunidad la llamada "ley de regularización de activos ocultos", en palabras del ministro Montoro, que en la práctica supone una amnistía fiscal en toda regla para todos los grandes defraudadores de Hacienda: si un chorizo declara haber robado un X de dinero, solo se le penaliza un 10% de dicho X, para que disfrute animadamente de su restante 90% defraudado. 

21.- Que el Gobierno haya promulgado una reforma del Código Penal para endurecer con penas de prisión la violencia callejera (o lo que ellos consideren violencia callejera) equiparándola nada menos que con actividad terrorista. Así, la resistencia pasiva es considerada ya como delito por atentado contra la autoridad. Difundir por la red convocatorias de manifestaciones de protesta, a su vez, se considera delito de integración en organización criminal. 

22.- Que varios millones de familias en este país carecen de ingresos por parte de cualquiera de sus miembros, pero la Unión Europea solo se preocupa de rescatar a uno de los principales culpables de la situación en la que vive sumido este país, la Banca. Más de 50.000 millones de euros fueron destinados para un rescate (que por supuesto el Gobierno apenas tachó de "empujoncito"), que a día de hoy la Banca no ha empleado para que circule el crédito a los particulares.

23.- Que el Gobierno, en boca del inefable Gallardón, soltase perlas del calibre de que una mujer, para ser "mujer, mujer" debía ser madre, y que el aborto era en realidad una forma de "violencia estructural" por el que las buenas señoras eran obligadas a abortar, siempre en contra de su voluntad, por culpa de sus malvados maridos. Gallardón habló de un porcentaje de casi el 90% para este tipo de violencia de género, contra la que él, por supuesto, estaba dispuesto a combatir reformando el código Civil y Penal para impedir que absolutamente nadie en este país pueda abortar legalmente, tanto si quiere como si no.  

24.- Que la ley de reforma judicial, planteada también por nuestro querido Gallardón, provocase la reacción más sonada de la historia de nuestra democracia, con todos y cada uno de los ámbitos judiciales protestando ampliamente contra una reforma que les restaba independencia y capacidad de actuación a la hora de ofrecer servicios a los ciudadanos, por no mencionar los aumentos de tasas judiciales, que convertían también la justicia en una herramienta solo al alcance de los que más tienen.

25.- Que tengamos que soportar la incapacidad absoluta de una ministra de sanidad como Ana Mato, que no puede articular un discurso con un mínimo de sentido y coherencia ante la prensa y desconoce la reforma que su propio ministerio ha impulsado para hacer de la sanidad un coto privado de caza. Que esta buena señora, que tanto se ha significado por la igualdad de las mujeres, salga encima diciendo que los trapicheos de su marido con la trama Gurtel, con aquellos famosos 4.500 euros en confeti, el jaguar y demás regalitos familiares, eran solo cosa de él, que a fin de cuentas, era quien "llevaba las cuentas de la casa", es una de las declaraciones más lamentables que se han escuchado jamás en boca de una figura pública. Y mira que ella se había dejado el listón bien alto con sus declaraciones previas.

26.- Que tengamos que soportar la lamentable explicación de María Dolores de Cospedal sobre el famoso "despido diferido" de Luis Bárcenas, donde quedó en una evidencia tan absoluta como inapelable, pero que no le supuso el menor rubor a la buena señora a pesar de convertirse en el hazmerreír de toda España y buena parte del extranjero. Sobran las palabras ante declaraciones como esta. 

27.- Que uno por uno, todos y cada uno de los colectivos a los que el Gobierno ha metido la tijera, ya fueran controladores aéreos, médicos, profesores, abogados, jueces o estudiantes hayan sido tachados de vagos, privilegiados, inútiles,  lacras sociales y taras para nuestra economía, tanto por parte de los miembros del Gobierno como de su inagotable caverna mediática, en un ejercicio de desprestigio tan calculado como burdo y, a pesar de todo, efectivo.

28.- Que no haya forma de entender el fenómeno de aeropuertos fantasma de este país como el de Lleida, Castellón o Ciudad Real. Costaron en torno a 500 millones de euros cada uno, y al poco tiempo de su apertura fueron obviados por todas las compañías aéreas ante la evidente falta de demanda de vuelos. Ahora están en estado de abandono total, pero según los mismos políticos que los inauguraron en su momento son un lugar excelente para pasear.

29.- Que nunca hay dinero para nada, pero hasta mismo año sí teníamos 27 millones de euros para dárselos cada año al multimillonario Bernie Ecclestone y que nos "dejara" así celebrar un gran premio de fórmula 1 en Valencia, que debe ser algo realmente importante.

30.- Que la investigación judicial por la Operación Puerto, uno de los mayores delitos de dopaje de la historia de nuestro deporte profesional, se saldó con absoluciones y penas menores para los cinco imputados y la destrucción, por orden de la mismísima jueza instructora del caso, de las 212 bolsas de sangre contaminada que le fueron incautadas al doctor Eufemiano Fuentes y que constituían la prueba principal del delito.

31.- Que el partido que actualmente ocupa el gobierno salga a la palestra para intentar convencer a alguien de que el hecho de que el paro descienda en 31 personas en agosto es un dato histórico y síntoma de la evidente recuperación económica de este país. Hay 6 millones de parados, por lo menos, que estoy seguro de que tendrán una interpretación bien distinta.

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