La saga Metroid tiene demasiada solera como para ponernos ahora a recordar sus inicios, pero baste decir que durante décadas su protagonista, Samus Aran, y su armadura de extraordinarias prestaciones ante bichejos de la más diversa naturaleza fue un referente de los juegos de acción en dos dimensiones y desarrollo lineal.
La saga había sufrido un parón desde Super Metroid, que apareció en 1992 para la Super NES, (no lo hemos dicho pero, como era de esperar, esta saga también pertenece a Nintendo, y ya van unas cuantas). Hubo que esperar más de una década para que al fin, en 2003, la Nintendo Gamecube asistiera al renacimiento de la franquicia con un cambio radical en su concepto de juego y desarrollo, al abandonar la linealidad por la exploración y aventura en primera persona.
Metroid Prime, elaborado por los genios de Retro Studios, es sencillamente una obra maestra. Para empezar, no tenía nada que ver con los habituales shoot’em up de acción frente a nazis, terroristas o zombies que inundan los catálogos de las consolas con mediocridades o juegos, aun con calidad, de una moralidad más que discutible (Medal of Honor y Call of Duty, entre ellos). MP los supera con creces porque hace el énfasis en la resolución de unos puzzles que resultan apasionantes por estar graduados a la perfección en su nivel de dificultad, a lo que se añaden las nuevas habilidades del traje de Samus (con la metamorfosis en esfera, todo un logro técnico, como estrella principal).
El juego posee una calidad gráfica espectacular, con efectos tan asombrosos como el vaho dentro de la máscara protectora de la protagonista, y su componente de acción está tan equilibrado con el resto que uno nunca tiene la sensación de aburrirse. El espacio de juego es inmenso, pero sin excederse, y está plagado de secretos y enemigos que lo hacen aún más apasionante.
Una maravilla, en suma, que fue capaz de aunar elementos clásicos de la saga con lo mejor de las nuevas tecnologías, que sirvió para inaugurar toda una nueva generación de juegos (ya hay tres secuelas de MP, una Gamecube, otra en Wii y una última, en DS, para quitarse el sombrero), y cuya evolución es todo un ejemplo para todas aquellas sagas menores que tratan de seguir su estela (como sucede con Metal Gear Solid, por ejemplo, que en esencia siempre ha sido el mismo juego, aunque algunos no se quieran dar por enterados.)
(P.D: Sin duda, los momentos más climáticos del juego se producen frente a los enemigos de final de nivel, y en especial con el último, vídeo al que corresponde este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=RnCPdblvrZc&feature=related)
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