Vamos a finalizar el recorrido por los sistemas que han ocupado buena parte de mi ocio con la última y más reciente consola portátil de Nintendo, la 3DS. Es cierto que, con apenas tres años de vida, es complicado sacar conclusiones definitivas de un sistema que nació en febrero de 2011, mes marcado por la tragedia de Fukushima. Esto tuvo un impacto económico directo en aquel lanzamiento, del que a la consola le costó recuperarse mucho. Solo con buenos juegos y con tiempo pudo superar aquella herida que, sin embargo, parecía destinada a repetir el éxito de su predecesora.
Nintendo 3DS nació con la clara intención de marcar un antes y un después en el ocio tridimensional. Después de tantos intentos fallidos en anteriores sistemas, la compañía japonesa tenía que dar un paso adelante en cuanto a la tecnología portátil, y se sacó de la manga un curioso sistema basado en un engañó óptico por el que, a partir de dos cámaras, se generaba una sensación de tridimensionalidad similar a la de ver lo que ocurre en la pantalla como si fuera una pequeña caja en cuyo interior tienen lugar las aventuras de nuestros personajes. Y todo ello sin gafas de ninguna clase. Es algo realmente admirable de comprobar por un mismo, incluso aunque no se tenga especial querencia por este tipo de entretenimiento.
El hardware.
Hubo, no obstante, quien vio en este movimiento una jugada fácil por parte de la compañía, ya que prácticamente se trata del mismo modelo que el de la Nintendo DS Lite. Se criticó el tamaño de la pantalla, la ausencia del segundo stick y, sobre todo, la pobreza de un catálogo inicial que tuvo que esperar la friolera de 11 meses para que aparecieran juegos de primer nivel originales, específicamente diseñados para la consola. La llegada de Mario 3D Land y Mario Kart 7 lo cambiaron todo, y ahora mismo se trata de una máquina que funciona fenomenal en todos los mercados, especialmente el japonés. A día de hoy, y combinando sus diferentes formatos aparecidos hasta la fecha, lleva vendidas 35 millones de consolas, una cifra esperanzadora, aunque ciertamente por debajo de la de DS en comparación con sus tres primeros años de vida.En esencia, el aspecto es muy similar al de una DS, con la que comparte algo más que apellido: la pantalla táctil, el stylus y todo aquello que hacía especial al sistema anterior repite aquí, pero con un procesador más potente y, sobre todo, la posibilidad de aplicar a los gráficos un sistema tridimensional autoestereoscópico que permite auténticos viguerías visuales. La consola, como es habitual, ha recibido ya sus actualizaciones en forma de variante XL, aunque en este caso la pantalla se resiente al pixelarse en exceso, así como una curiosa versión sin posibilidad del 3D llamada 2DS, hecha específicamente para niños de 6-7 años, que son los que más acusaban los mareos producidos por el exceso de tiempo frente a la consola.
El software
En esta ocasión, y dado que al catálogo del sistema aún le queda mucho por decir, he preferido hacer una selección de los que considero los cinco mejores juegos hasta el momento. 3DS es una consola que necesitó casi un año para comenzar a arrancar en ventas gracias a juegos de Mario, como siempre, y que únicamente contó con el excelente remake de Ocarina of Time como baluarte hasta la llegada del fontanero. Después, el sistema se ha revelado como un auténtico todo-terreno, barriendo del mapa a su rival, PSVita, hasta el punto de que ya prácticamente nadie la considera como una competencia real. El catálogo de 3DS se ha ido llenando de grandísimos juegos en prácticamente todos los géneros relevantes para un sistema portátil, como Animal Crossing, Mario Kart 7, Fire Emblem, Monster Hunter 4, Bravely Default, el inevitable Pokémon de turno, e incluso una más que curiosa secuela del clásico Zelda: A Link to the Past (A Link between worlds), que demuestra que el sistema es capaz de adaptarse a todo tipo de público. La selección no ha sido fácil, por lo tanto, y queda en forma provisional hasta que, quizá con algo más de tiempo, se puedan sacar conclusiones más definitivas.
1.- The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3DS
Por si a alguien le quedaba alguna duda, Nintendo tuvo el buen ojo de anunciar su nuevo sistema con el más que esperado remake de Ocarina of Time. Para la ocasión, el juego estrenaría un nuevo motor gráfico que rehace punto por punto todo lo que en 1998 lucía de forma espectacular para adaptarlo a los nuevos tiempos: más polígonos por personaje, mejores texturas, escenarios totalmente tridimensionales, una paleta de colores renovada y unos efectos de luz, agua, fuego y brillos sencillamente sensacionales. Resulta complicado expresar lo mucho que mejora este juego respecto del anterior, el elemento diferencial que aporta al fin apreciar la expresividad de los personajes, la majestuosidad de los paisajes y el mimo y el detalle con que se han recreado exteriores e interiores del juego, una auténtico festín audiovisual que nadie debería perderse por nada del mundo. Del juego en sí apenas se modificó nada, ya que la estructura del juego es la misma que ya maravilló en su momento, a excepción de lo concerniente a un menú de opciones que, ahora sí, permitía un acceso rápido y directo a armas, objetos o bases de datos con total comodidad en el panel táctil, despejando la pantalla de juego para una mayor claridad. Además de eso, se incluyeron textos en castellano y varios extras esenciales, como un modo para jugar con todos los jefes finales o el célebre Master Quest, que permite jugar una segunda partida con todos los elementos invertidos en modo espejo, así como un rediseño de objetos y enemigos en las mazmorras para hacerlas más complicadas. Todo un lujo, en definitiva, tanto para los fans del juego de toda la vida como para aquellos que no habían podido jugarlo en su momento, y que introdujo una serie de efectos tridimensionales y de giroscopio con la vista en primera persona para mejorar aún más una inmersión que con el efecto 3D alcanza cotas visuales espectaculares. Esta es la mejor versión del mejor juego de la historia, un juego que deja en pañales a todo el catálogo de la consola y sitúa el listón a un nivel de salida que es imposible igualar, pero que en cualquier caso se convierte sin problemas en la joya de la corona y en una alegría de dimensiones colosales para el que esto escribe, que ya saben ustedes lo que disfruta con este clásico. La obra maestra, por antonomasia, del sector del videojuego, en su versión más refinada, pulida y completa.
2.- Resident Evil: Revelations
3.- Super Mario 3D Land
Lo voy a decir claramente, para que luego no digan: este juego es el mejor Mario portátil de todos los tiempos, y compite de tú a tú con muchos de los supuestos grandes "Marios" de sobremesa. Tanto es así que para el último lanzamiento de Wii U se ha tomado la base de este excepcional juego y se ha ampliado con un entretenido multijugador a cuatro bandas, pero que nadie se engañe: mucho de lo bueno que hay estaba ya, y quizá mejor y más fresco, en este fenomenal plataformas que explota como ningún otro juego del catálogo unas 3D que, al fin, salen de la pantalla con una cómoda opción que nos permite apreciarlas "hacia fuera" o "hacia dentro", como prefiramos. La mecánica del juego sigue los pasos de la saga en muchos aspectos, con el típico rescate de la princesa por mundos de la más variada condición, pero introduciendo tal cantidad de nuevas ideas, trajes y mecánicas que pronto nos olvidamos de todo para disfrutar de un juego equilibrado, profundo y larguísimo, ya que incluye dos vueltas con multitud de variantes, mundos renovados y dificultad que aumenta en progresión hasta llegar a un final de verdadero infarto. Este es el juego ideal para estrenar la consola, uno que va a gustar absolutamente a todo el mundo y ningún fan del personaje debería dejar pasar. Y además es una gozada visual y toda una demostración de poderío técnico, algo que sí es novedad en este tipo de formatos.
4.- Luigi's Mansion 2
Secuela de uno de los juegos "B" más queridos por los fans de Nintendo, Luigi's Mansion 2 llegó para ocupar un hueco muy necesario en el catálogo, una aventura de exploración que hiciera un buen uso de las tres dimensiones y que huyera del clásico plataformeo al que nos tiene acostumbrados la familia de fontaneros. La caza de fantasmas protagonizada por el hermano miedica, Luigi, está de vuelta y cuenta con tal cantidad de novedades y, al mismo tiempo, un respeto tan sincero por la magistral primera entrega de Gamecube, que uno no sabe bien si dejarse llevar por el aluvión de mansiones, recovecos y desafíos de un juego largo y desafiante o echarse a llorar de pura emoción al escuchar a Luigi tararear la melodía principal o llamar a su hermano a cada paso. La siempre gratificante presencia del doctor Gadd con su particular verborrea aporta su grano de arena, junto con unos escenarios simpáticos hasta decir basta y unos fantasmas ingeniosos y llenos de carisma para hacer las delicias del jugador más exigente. Con la única lacra de unos jefes finales poco inspirados y uno de fin de juego por el que yo personalmente echaría a un par de desarrolladores de Nintendo a la santa calle, este juego se ha ganado, y con razón, un hueco en la memoria de muchos jugadores de nueva generación. Y luego está la aspiradora, ese maravilloso homenaje a los cazafantasmas, que cualquier friki ochentero como el que esto escribe no puede dejar de ver como una auténtica reliquia de tiempos pasados y mejores.
5.- Kid Icarus: Uprising
Una de las sorpresas más agradables de esta nueva generación portátil ha sido el regreso de uno de los personajes más queridos de Nintendo allá por los tiempos de la primera Famicom o NES original, según los mercados. Kid Icarus, ese angelito que va por ahí disparando flechas que nada tienen de amorosas y sí mucho de destructivas, se ha reciclado ahora en un fenomenal shooter que combina sabiamente partes guiadas por el propio juego (las de vuelo, con diferencia las más espectaculares y entretenidas) y otras de libre exploración, cuando vamos a pie. El juego es una auténtica virguería visual, con la suficiente variedad en enemigos y escenarios como para no llegar a aburrir en ningún momento. Es cierto que su complejo sistema de control requiere de una especie de peana, incluida con el juego, para poder manejar al personaje con mayor comodidad, pero es un detalle menor en comparación con la cantidad de horas de diversión que proporciona una aventura equilibrada, dinámica y que hace que el tiempo se pase, y perdón por el chiste fácil, volando. Uno de esos juegos que, si bien no tiene el renombre de otros que me he tenido que dejar en el tintero por motivos de guión, cuenta con una calidad excepcional y un acabado técnico que muchos querrían para sí, y que bien merece la pena el intento.
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