jueves, 1 de septiembre de 2011

La destrucción del sistema educativo



Me había prometido no escribir sobre este asunto para no enrabietarme aún más con todo lo que está sucediendo en los prolegómenos del curso escolar 2011-2012, pero ya no lo soporto. Después de varios días de cartas perversas, declaraciones falsas y una calculadísima y orquestada campaña de desprestigio a la profesión que vengo desarrollando desde hace unos años, la docencia, no soporto más un silencio que hace más fuertes a los denostadores.

El procedimiento en realidad no es nuevo, ni es exclusivo del Partido Popular. Ocurrió hace un tiempo con los médicos y, no hace mucho, con los controladores aéreos, y se reduce básicamente a que en lugar de entrar en el debate de ideas y llegar a acuerdos, aparece el político de turno y suelta lo siguiente:

1) El colectivo X (póngase aquí el que esté de moda) posee unos privilegios indecentes (sueldo desorbitado, vacaciones monárquicas, trabajo de por vida, etc…), acompañado de la siempre hiriente coletilla de “más aún en tiempos en que cinco millones de españoles están en el paro”. Sus quejas, por tanto, no proceden.

2) Por lo tanto, este nuestro gobierno (nacional, autonómico, qué más da), en profunda solidaridad con el pueblo español, que al igual que los políticos se deja el sudor de su frente día a día en su trabajo (en el Congreso o los parlamentos autonómicos, qué más da), y que al igual que la clase política goza de su mismo sistema de pensiones y de retribuciones mensuales, va a tomar profundas medidas de cambio.

3) Estas medidas son para el bien cósmico y universal, y sólo perjudican a esas clases privilegiadas que ya era hora de que recibieran su merecido, porque esto era un clamor popular. No se me preocupen las familias, que en ellas, y solo en ellas y sus bolsillos, estamos pensando.


Apliquémoslo ahora al caso de la educación. Los medios de comunicación conservadores han desatado una ola de titulares entre los que destaca ese prodigio que ha llevado a cabo hoy El Mundo: “Amenazan con la huelga por tener que trabajar 20 horas”.


La perversidad de este argumento es sencillamente deliciosa. Viene a decir algo así como que es de público conocimiento que los profesores son unos vagos redomados, que apenas llegaban a 18 horas de trabajo semanales (y eso los que llegaban, con suerte, a las 18), y que en cuanto toca el timbre salen corriendo antes que los alumnos para llegar a sus casas a rascarse los respetables. Los profesores, siguiendo con esta fabulosa línea de “pensamiento”, son los culpables directos de todos los males del mundo (con perdón y permiso del actual presidente del gobierno): por culpa de ellos nuestros alumnos no tienen ni idea de nada y estamos en las antípodas del conocimiento general; por culpa de los profesores hay un 30% de abandono escolar (o más, según las áreas), por culpa de ellos, en definitiva, las promociones de estudiantes van llegando cada vez peor preparadas a un mercado laboral que luego tiene que hacer encaje de bolillos para sacar algo de petróleo de semejante solar de sabiduría. Todo esto, en un país, recordemos, de más de cinco millones de parados y donde el resto trabaja de sol a sol, (con la clase política a la cabeza, no faltaba más), es sangrante y hay que cortarlo de raíz lo antes posible, porque ahorramos la friolera de 80 millones de euros, ahí es nada.

Lucía Figar, paladín de semejante retórica, remata casi todas sus intervenciones, a cual más delirante, con otras dos coletillas magníficas: la primera es que los profesores tienen el puesto de trabajo asegurado y están, (ojo al dato), al margen de crisis y quiebras nacionales o internacionales; la segunda es que, por si todo esto fuera poco, llegan de disfrutar de dos meses de tranquilas y relajantes vacaciones a costa del sufrimiento del resto de la población. Ahí queda eso.

Es posible, leyendo todo esto, que yo haya soñado mi curso pasado. Es posible que haya soñado que, además de mis 18 horas semanales lectivas yo sumaba otras 12 en forma de guardias, horas de atención a padres, tutorías, reuniones de departamento, reuniones de tutores por niveles y claustros. Es posible que haya soñado que cuando llegaba a casa, con la cabeza bien despejada tras tratar con las hormonas revueltas en sus pupitres, las clases que yo daba las preparaba previamente, lo cual incluye material de trabajo, lecturas y una extensa documentación sobre los asuntos que trato y en los que procuro, quizá soñando también, mantenerme actualizado y profundizar en aquello que aún desconozco y deseo que otros conozcan. Es posible que fuera fruto de mi imaginación las incontables horas que he pasado corrigiendo, todas y cada una de las semanas del curso, los comentarios de texto de mis alumnos, sus trabajos de evaluación y sus exámenes. Es posible que aquellos cientos y cientos de correcciones hayan llegado a mi memoria por ciencia infusa, y que alguna que otra noche de no pegar ojo para llegar a tiempo de meter todas las notas a su hora también la haya imaginado, como implícitamente señala Figar. También habré soñado los cursos de formación y los de la fase de prácticas, que me tuvieron embelesado semana tras semana para poder completar los créditos que me permiten mejorar mi retribución, y lo que es indudable es que he soñado esos días que necesité para reponerme, más mental que físicamente, de unos finales de curso sencillamente extenuantes.

Puede, sin embargo, que tenga la conciencia clara y limpia de que todo esto fue, es y será verdad en este y los cursos que vengan por delante. Puede que además de todo esto, haya un problema aún mayor que el que, en efecto, supone que dé dos clases más por semana. Porque puede que el colectivo de profesores esté protestando por un sistema de recortes que afecta, principalmente, a los alumnos, algo que (oh, casualidades de la vida) sólo algún que otro medio de comunicación se ha atrevido a mencionar.

Porque el curso que empieza ahora contará con aulas masificadas, de treinta y tantos alumnos para arriba (el tope es 40, cuidado) donde antes había cursos de entre 18 y 20 alumnos, en el mejor de los casos. El curso que viene empezará sin desdobles en asignaturas tan esenciales como matemáticas y los idiomas (español, francés, inglés…), y desde luego lo hará sin horario para clases de refuerzo, sin aulas de atención individual y, en el colmo de los colmos, lo habría hecho también sin horario de tutorías de no haber rectificado Figar a última hora, y de un modo bastante retorcido, todo hay que decirlo. Es decir, el recorte de plantilla supone un recorte en los recursos y estrategias educativos, y eso nadie lo dice.

Y aquí no pierdo yo por trabajar dos horas más, señoras Aguirre y Figar, aquí perdemos todos. Perdemos los profesionales que aún creemos que este sistema merece la pena el esfuerzo, sí, pero sobre todo pierden todos y cada uno de los españoles, y no sólo me refiero a los alumnos, familias y empresas, sino a todos los ciudadanos de un país que año tras año verán desfilar promoción tras promoción de estudiantes almacenados, literalmente, en aulas donde a lo último que se va es a aprender nada porque va a ser imposible que ahí se pueda realizar labor educativa alguna. Pero eso sí, las lideresas educativas nos conceden la gracia de dos pizarras digitales por curso, porque la tijera la metemos no en los detalles, que es lo que luce mejor, sino en lo esencial, en donde más nos duele a todos y parece que sólo unos cuantos son capaces de ver.

Si el ahorro supone dinamitar los cimientos del sistema educativo, pilar fundamental de toda sociedad que se precie de serlo, dejando en la calle a miles de profesores interinos gracias a los cuales este barco a la deriva aún flotaba y al resto de los que allí seguimos contando las horas para su total degradación, entonces reciban mi más sincera enhorabuena: lo han conseguido y encima están recibiendo por todo ello un aplauso unánime y, faltaba más, bien merecido.

18 comentarios:

R. dijo...

La Sra. Thatcher hizo lo que estas aprendices de brujas están prepetrando en nuestro pais. No hace mucho los ingleses han vivido en sus carnes el resultado de estas "políticas" neo"liberales": el propio Cameron (conservador él) ha decidio que hay que mejorar la educación. ¿Cuántas generaciones más de españoles hemos de sacrificar para que nuestros politicos/as se desasnen?
R.

Anónimo dijo...

Todo lo que comentas se puede aplicar a los politicos, solo que en su caso son verdades como puños, son unos vagos, solo se esfuerzan por ellos mismos y cobran muchisimo mas de lo que deberian. Ahora eso si, ya se les ha pedido, han echo oidos sordos, y encima para cambiar de tema atacan a otros. El mensaje mas claro que se les podia mandar seria algo asi como: "QUE LA MIERDA ESTA EN CASA, DEJEN DE PINTAR LAS PAREDES CON ELLA, QUE YA LO VIMOS TODOS". Un saludo y suerte.

David dijo...

Excelente carta. Mi enhorabuena y apoyo a todos los profesores.

Anónimo dijo...

Excelente carta. Todo mi apoyo al profesorado.

Anónimo dijo...

todo tiene una explicacion merriopadentro.blogspot.com/2011/09/poto-chof-1-el-imperio-vs-la-educacion.html

Carles Codina Calm dijo...

Desde Berlín(Alemania), mi esposa es profesora en una Grundschule tengo que decir que el panorama de la escuela no es mucho mejor.
A más de uno le sonara extraño, lo que digo, porque unos y otros y los medios de prensa en especial, están vendiendo la idea de que en Alemania todo va bien "se atan los gatos con longanizas", y esto no es realmente así.
Primero aclararé de que Alemania es muy grande y de que el sistema escolar no es para nada, homogéneo en todo el país, personalmente hablo de Berlín.
La visión de que el trabajo del profesor solo son las horas lectivas en las que el profesor esta físicamente en el aula con los alumnos es aquí exactamente igual, ni la administración con el departamento de educación a la cabeza, ni los padres ven todo el trabajo que el profesor hace fuera del aula.
Nadie ve el trabajo que el profesor tiene que hacer en lo que podríamos llamar su horario laboral racional(las clásicas 40 horas semanales) ni fuera de ese horario laboral racional, noches y fines de semana.
Aquí la presión viene en diferentes direcciones, cada vez menos personal, cada vez más actividades añadidas que nacen como setas(evaluaciones, seminarios, conferencias a asistir, colaboraciones con otras escuelas, encuentros con los padres,...)todo esto sin tener en cuenta horarios ni nada que se le parezca. Cada vez más alumnos con claros problemas de aprendizaje y conducta, que permanecen en el aula normal, hasta que el profesor tras rellenar textos, cartas e-mails, hablar con unos y otros, tras meses o incluso años, consigue que alguien, primero evalué que ese niño no puede estar normalmente escolarizado y después que se le encuentre alguna plaza fuera de la escuela normal, para que deje de ser un lastre para el profesor y todos sus compañeros.
Al haber más presión hay cada vez más bajas por enfermedad, otro factor que perjudica directamente al profesor que tiene que hacer más suplencias,... más suplencias en aulas de alumnos desconocidos, que aumentan el estrés del profesor que muchas veces se tiene que enfrentar a bandas de pequeños monstruos.
Una escuela edificio actualmente sin portero, ni personal de limpieza(estos desde que estoy en Berlín(6 años), nunca han exisido, nadie saca el polvo nadie barre ni limpia los retretes,.. (esto es Berlín Alemania).
En resumen, el colectivo de personas que trabajan en la escuela, es una minoría que desde la sociedad, padres, políticos,... son vistos como unos privilegiados, un pequeño colectivo sin aliados,... Aliados que tan solo les comprendan, Es muy frustrante el hecho de que solo te puedas quejar de la presión que recibes en el trabajo con tus familiares más directos, porque en el momento en que rebasas ese pequeño comité de 3 ó 4 personas, no puedes ni insinuar, que estas agotado, deprimido en ese supuesto trabajo idílico que es estar todo el día al lado de hermosos angelitos, niños/as ansiosos por aprender. Un hermoso trabajo que para más de uno se ha convertido en un infierno al que no se le vislumbra un fin.

nozintusei dijo...

Lo increible es cómo la gente se traga esas mentiras tremendas que sueltan los políticos. La mayoría de las veces como cortinas de humo para ocultar su ineptitud de cara a resolver los problemas.

Por cierto, viendo el congreso la gran mayoría de los días casi vacío, me parece que no son los políticos españoles ejemplo vivo de "echar horas" ;)

Anónimo dijo...

A ver como nos apañamos para localizarle, profesor. Con la intención de matricular a mis hijos allí donde usted imparta sus clases.
No nos preocupemos demasiado, por cada 100 políticos y directivos, existe un profesor bueno.
Al final ganará la educación. Ganará el maestro. Pura lógica.

Anónimo dijo...

Todo mi apoyo.

Nuestros políticos no nos merecen y nosotros tampoco los merecemos a ellos.

Los medios de comunicación son utilizados para la desinformación.

Sal a la calle el 15 de Octubre, lleva a tu gente.

j1mmy dijo...

He de reconocer que durante un tiempo, me han estado engañando. Que si los controladores aéreos, que ahora los profesores, que si el Gadafi es un mamón, que si esto.... y es que los políticos, hay que reconocerlo, son muy buenos lanzando bombas de destrucción masiva.

Pero una cosa. A mí ya no me engañan más y, gracias a Dios, cada día engañan a menos.

Sinceramente, y con perdón del palabro, me importan un huevo las horas que dedican los profesores. Me importa un huevo que un autónomo meta 3 cenas con su pareja como cenas de trabajo. Aquí todos sabemos quienes son los culpables de la situación, y esos son los que queremos que paguen.

Que un profesor trabaje 1 hora más o menos a la semana no me soluciona el problema de la hipoteca, de los precios, o de los sueldos congelados. Por mencionar unos pocos solo.

En fin, el día que el pueblo despierte, que corran, pero que corran mucho.

Anónimo dijo...

Es una pena que este tipo de cosas sólo las apreciemos los que hemos pasado años estudiando, pero en el fondo lo que la clase política pretende es eso, que cada vez haya menos gente con estudios para hacer de todos los españoles unos borregos sin capacidad para pensar y para opinar en contra de lo que ellos está nhaciendo con el país.

mimetist dijo...

Ojalá las huelgas que han previsto los colectivos de profesores sirvan para algo y no tengan el resultado que tuvieron las de los controladores aéreos.

La verdad es que tenéis la lucha perdida, no hay más que ver los comentarios que abundan en noticias y tertulias de TV... ojalá no viviéramos en un país donde la ignorancia se premia y donde no haber leído ni un libro en la vida es motivo de orgullo.

Es triste, pero hoy es evidente que compensa no estudiar: http://www.elconfidencial.com/espana/2011/09/05/rajoy-frenara-los-recortes-en-defensa-pese-a-la-crisis-y-reformara-la-ley-de-la-carrera-militar-83691/

Anónimo dijo...

A los profesores: ¿por qué no trabajais solo 20 horas? al empezar la semana coged un cronómetro y calcular 20 horas efectivas de trabajo (en forma de clases, tutorías, guardias, preparación de clases, corrección de prácticas y exámenes, etc.).

Y cuando hagais las 20 horas, ya sea martes por la tarde o miércoles por la mañana, os vais a vuestra casa hasta el lunes siguiente.

Si esto lo haceis masivamente, se verán obligados a reconocer lo miserables que están siendo con vosotros y le demostrareis la importancia que tienen los profesores y la educación pública en este país de mierda.

Profesores, ayudadnos a acabar con esta farsa. En vuestra mano está que lo vuestro sea sólo una pataleta o una gran patada que tire la puerta abajo.

Huelga salvaje.

Eneidas dijo...

¿Cuantos profesores leían habitualmente El Mundo? Después de este tendencioso titular, seguramente más de uno dejará de hacerlo.

Cada vez somos más indignados. Esto sólo ha comenzado

Anónimo dijo...

Excelente!!

Y bueno, supongo que mucho ánimo, es lo que cabe decir.

Hellraised dijo...

Vemos a nivel mundial esta clase de problema, el proletariado no tiene derecho a una educación de calidad, pero los capitalistas sí tienen derecho a la mano de obra barata, es un círculo vicioso que no se va a terminar jamás mientras existan diferencias de clases no exista una educación de calidad pata todos y exista un empresario dispuesto a pagar la mínima cantidad posible a una persona que gracias al sistema en el cual fue inserto debido a su pobreza se ve obligado a trabajar por miserias sin tener la posibilidad de salir de su círculo de miserias. Saludos desde chile

Anónimo dijo...

Creo que tenemos que tener una visión mas equilibrada de la situación, no debemos irnos a los extremos.
- No es cierto que un profesor "no trabaje" más de 18 horas aunque solo tenga 18 lectivas.
- No es cierto que el profesor "siempre trabaje" mas de las 18 horas lectivas y SIEMPRE, prepara sus clases y SIEMPRE se forma par mejorar su intervención educativa y no se conforma de dar la clase solo con el libro de texto.

Soy profesora de colegio concertado = explotada "trabajo las 25 horas lectivas" que son bastantes y además tengo que prepararme las clases y corregir los exámenes. Año tras año no se cómo arreglármelas para tenerlo todo al día y más cuando hago algún curso para mejorar como docente.

A pesar de ello, y fruto de mi curiosidad y pasión por la educación y su mejora, hace tres años me dedico a dar formación a los profesores. Mi equipo se encarga de "mejorar centros" le damos formación en metodología, evaluación, enseñar a pensar.... Y me encuentro con profesores: cómodos, que no quieren mejorar, que quieren clases homogéneas, que no les gusta innovar, piden memorización de libros de texto y hacen las actividades de libro de texto tienen una dependencia enfermiza con el libro de texto....
Pero también me encuentro con profes que se les ilumina la cara para preparar sus clases y mejorarlas pese a faltarle un año para retirarse, que trata a los niños con amor, que necesitaba que alguien les formara de forma eficaz para llegar a aquellos que les cuesta y un largo etc.

En resumen, con esta experiencia me he dado cuenta:
- Da igual si son 18 horas o 25 horas lectivas. Lo importante es ¿Como impartes las clases? ¿No se han dado cuenta que ningún cambio educativo se mete en la mejora pedagógica del profesorado, si ni siquiera sabe hacia dónde va la educación del siglo XXI.?
- El PP Y PSOE ha realizado cambios absurdos: meten una asignatura, quitan otra, le cambian el nombre a los bachilleratos....
Pero nadie se ha mojado de verdad:
Vale, pasa de 18 a 20 horas lectivas, pero intenta poner un segundo profesor de apoyo en el aula para ayudar a los chiquillos con más problemas. Lograr que todos alcancen la titulación.
Vale pasa de 18 a 20 horas, invierte en seguimiento y asesoramiento (no machaque) al profesorado. Enseña el camino hacia un educación más eficaz (hay experiencias en nuestro país).
Vale pasa de 18 a 20 horas pero quita o lleva a cabo planes de mejora pedagógica con profesores que "LES DA IGUAL LOS CHIQUILLOS" y eso, señores, EXISTE.
- Vale pasa de 18 a 20 horas lectivas pero da unas horas para que el profesorado pueda programar en equipo proyectos vinculados con la realidad social y de paso desarrollar el gusto por aprender.

A lo que voy, da igual las horas, lo importante en la CALIDAD, no la CANTIDAD y ningún partido ha apostado por ella. Los cambios acertados han sido ínfimos que se basa en dar más facilidades para la titulación y así atribuirse el tanto que con su partido hay más niños con titulaciones. ¿Y esto por qué pasa?
Porque los cambios en educación no se perciben a corto plazo sino a largo plazo y necesitan resultados inmediatos para hacerse la publicidad inmediata.

Debemos caminar hacia un pacto por la educación, es nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Ana dijo...

No todos aplaudimos estos recortes...
Yo sólo soy una madre más pero hago todo lo posible por dar publicidad a la influencia negativa de los recortes en la calidad de la enseñanza más allá del problema "sindical" del profesorado.
Independientemente de que en este caso comparta sus reivindicaciones.