Es oficial: la piratería ha adquirido categoría de culto en esta España nuestra. Así lo afirma un reciente reportaje de Los Ángeles Times, que afirma que las ventas de DVD’s y música están haciendo perder una fortuna incalculable a distribuidores, artistas y en definitiva todo aquel implicado en el proceso de creación y producción comercial, hasta el punto de que la todopoderosa Sony haya llegado a plantearse la rentabilidad de un mercado donde (atención, agárrense) cada año se pierde la friolera de 300 millones de euros, mientras casi 10.000 videoclubes han tenido que cerrar sus puertas (no dan la cifra de tiendas de música, imagino que porque esas ya deben estar en los museos arqueológicos junto al T-Rex).
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El reportaje se pregunta cómo es posible que la piratería, que es un robo en toda regla, no sólo goce aquí de una permisividad legal que sobrepasa los límites de lo imaginable en cualquier país europeo, sino que además disfrute de una envidiable salud social: aquí a todo el mundo le parece estupendo descargar de forma fraudulenta cientos y cientos de canciones, películas y series de televisión como si la cosa no fuera con nosotros. Y las justificaciones ante semejante delito son tan variadas como entretenidas: “Total, los únicos que sufren son los distribuidores, que son unos ladrones”, “Porque dejen de ingresar 300 millones qué más da, siguen teniendo una barbaridad de beneficios”, “Los artistas en realidad no cobran por los discos o películas, así que en el fondo no van a dejar de hacer música o cine”, “Esto es compartir cultura”, “La culpa es suya porque los precios son abusivos, y si tuviéramos que pagar ese dineral terminaríamos arruinados”. “Que se adapten, si quieren sobrevivir”.
Yo, la verdad, no doy crédito. Vaya por delante que detesto los sablazos inmisericordes de ese ente llamado SGAE, cuya labor raya en el límite del surrealismo más vergonzoso, y que las distribuidoras no me merecen mayor simpatía, pero es que lo de la gente de este país no tiene perdón de Dios. ¿Ustedes se imaginan que una persona entrase tranquilamente en un banco, robara un dineral y saliera tan tranquila diciendo: “Total, ya sabemos todos que los bancos son unos ladrones, así que encima no me digan nada, que le estoy haciendo un favor a la sociedad”?
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Bueno, pues entrar en una página de internet y descargarse de forma ILEGAL contenidos del tipo que sean es un ROBO con todas las letras. A mí me da igual si Shakira o Juanes ganan un 0,0000000000000001 por cada disco que venden, que los dueños de las discográficas sean unos mafiosos o que los precios sean abusivos: eso no justifica que yo pueda robarlo, y si no me quiero o no puedo gastar mi dinero en eso, pues me aguanto como se ha hecho siempre.
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Respecto a las justificaciones, déjenme ir una por una. Que las distribuidoras sean las únicas que sufren la piratería es rotundamente falso. Las pérdidas que Nintendo está sufriendo con su consola portátil DS son tan impresionantes que las compañías ya no fabrican juegos de calidad para ella. Simplemente no sale rentable invertir un dinero en producir un juego que antes de que salga al mercado ya tendrán todos los niños en sus tarjetas piratas. Resultado: decenas de compañías han tenido que cerrar, el catálogo de la consola se ha ido al garete de la mediocridad, las novedades salen con cuentagotas y los precios no se han movido un ápice, porque de lo contrario la empresa se iría a la quiebra. Pierde Nintendo, pierden los fabricantes y pierden los distribuidores, sí, pero es que también perdemos los usuarios. Así de claro.
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Es falso, también, que el hecho de que una compañía pase de tener 30% de beneficios a 15% no signifique nada para una empresa ultracapitalista y forrada hasta las cejas, porque nadie dice que el descenso es constante, continuo e imparable año tras año hasta que se termina pasando de un ínfimo porcentaje de beneficios a los números rojos en toda regla. Filmax, una de esas empresillas que facturaban millones de euros hasta la fecha, y que tiene la desgracia de ser la única distribuidora de cine española, está a punto de echar el cierre porque sus pérdidas son desoladoras. El descenso de los beneficios ha dado paso a, directamente, perder dinero con cada película que financian. Si sobrevive será un milagro, y si no adiós a decenas de películas que llegaban a este país dobladas al castellano (por cierto, cuando los dobladores de este país se queden sin trabajo, ¿también acusaremos a las distribuidoras?).
La tercera es aún mejor: a los artistas la piratería no les afecta, porque lo que ellos quieren es que su arte se conozca. Es de locos: ahora mismo es casi imposible que un grupo español salga adelante con su música porque, salvo que la cuelguen en su blog y lo escuche Rita, no hay forma humana de lograr que un disco suyo sea distribuido. Y los artistas consagrados sobreviven dando conciertos, porque de otro modo se estarían comiendo sus secreciones nasales. Madonna, U2 y demás han dado por concluidos sus contratos con Virgen, Sony y demás para firmar por la empresa organizadora de conciertos Live Nation, y ahora dan más conciertos que en toda su vida, mientras sus discos no venden ni un 10% de lo que hacían hace 10 o 15 años. ¿Casualidad?
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Respecto al cine, si no fuera por el dichoso 3-D Cameron, Burton y compañía ya se podían montar un circo de pulgas en Callao, porque en las salas no iban a correr mejor suerte. De la media de 10/12 superproducciones al año hemos pasado a 2/3, y el sinfín de estrellas de hace unas décadas ha dado paso a uno o dos valores seguros en taquilla (Brad Pitt, Clooney y poco más), mientras el resto desaparece (Julia Roberts, Tom Hanks, Tom Cruise) o se reciclan en infumables bodrios televisivos que sobreviven única y exclusivamente por la publicidad, no por una audiencia que, si los ve, lo hace por youtube o demás sucedáneos. Sueldos y presupuestos, sobra decirlo, han caído por los suelos.
Lo de la cultura no sé si merece la pena comentarlo, porque llamar a series de televisión tipo LOST, House o Padre de familia y demás zarandajas cultura me parece hasta ofensivo. El día que la gente se piratee la última antología poética de Gamoneda, el concierto de Aranjuez o El lago de los cisnes, hablamos. Hasta entonces, déjenme tranquila a la cultura en su lugar, en sus teatros, óperas y recitales, que eso no ocupa espacio significativo alguno en los portales de internet ni lo hará jamás en este país de analfabestias funcionales.
Dejémonos de monsergas. Esto no tiene nada que ver con la cultura, sino con dos aspectos muy, muy prosaicos: el dinero y la falta de moralidad de la gente de este país. Lo que no queremos es gastarnos un duro, pudiendo tenerlo todo gratis y al alcance de un clic. Y problemas de conciencia no tenemos, porque para eso primero necesitaríamos conciencia. El colmo de este asunto es que la gente que roba tranquilamente ni siquiera tiene la vergüenza de admitir que está cometiendo una fechoría en toda regla, y como encima los de alrededor aplauden y jalean en lugar de condenar, empezando por los que tienen la autoridad para hacerlo, pues así nos va. Además de burros, ladrones, y a mucha honra.
P.d: El otro día, viendo una de esas novedosísimas películas tridimensionales, nos pusieron un anuncio previo para convencer a la gente de que no robase las gafas, diciendo que nos podríamos quedar ciegos, que no valían en nuestras teles piratas de casa o en otros cines donde también las dan gratis, para terminar diciendo que tenían un chip antirrobo y que, por favor, las devolviésemos al salir. Hasta guardias de seguridad, tuvieron que poner a la salida controlando uno por uno a todo el que salía. Yo, la verdad, no me imagino algo así en un país como Dinamarca o Noruega, pero claro, será que están locos, estos civilizados.
2 comentarios:
Partiendo de la base de que ni en este ni en ningún país se regulo desde sus inicios el uso/visionado de películas, canciones, etc, que la gente se aprovechara de ello y descargara contenido "by the face" es el lógico paso (no el mejor ni el peor pero el más obvio dada la situación, sí).
Tambien hay que destacar el hecho de que en este país seremos unos chorizos y unos mangantes de poca monta pero es que los que "manejan el cotarro" y sus leyes y métodos de gestión son infumables del todo.
Es más, existen programas de descarga que utilizan métodos de pago para gozar de su material de lo más provechosas (véase I-Tunes) del que nadie se queja excepto las distribuidoras que pierden beneficios en la venta al público vía CD e intentan querellarse contra Apple (juas juas juas). Éste tipo de programas REALMENTE funcionan, tanto es así que si desde un principio hubieran gestionado las cosas como hay que hacerlo, las cosas no irian tan mal.
"¿Qué no quieres ir al cine a pagar 9 €uros?. No pasa nada yo te pongo en HD la película en tu casa por 1€" Por 1 €urillo disfrutas de la pelicula en tu sofá y sin tener que oír la tos del vecino del que grababa la película pirata que te bajaste del E-Mule y encima yo me ahorro copiones que vender en las salas. ¿Porque narices eso no se ha hecho desde un principo?
Porque tenemos a gente como el inefable Teddy Bautista a la cabeza de la SGAE que pretende chulear al Constitucional diciendo que los Derechos Intelectuales estan a la altura de los derechos fundamentales del hombre (ni más ni menos, este tío los tiene cuadrados), o la caterva de mentes privilegiadas que conforman la directiva de Telefónica "No oiga, Google utiliza nuestras redes (redes pagadas por los españoles antes de que el Señor Ansar privatizara Timofónica, ojo) asi que vamos a cobrar a Google." que junto al ya citado Teddy se unen para conseguir que nos agachemos a agarrarnos fuertemente los calcetines "Que Google pague a Telefónica, que Telefónica pague a la SGAE y nosotros cobramos Canon hasta por un cable USB"
Francamente...es que así te dan ganas de robar. Y lo dice uno que llora d ela emoción cuando ve una pelusilla que hace bulto en el bolsillo del pantalón.
PD:Los precios de los mismos productos en España u otros países europeos difiere una barbaridad que (Ironic Mode ON)no nos beneficia con nuestros salarios rimbombantes y excesivos (Ironic Mode OFF). De hecho muchísima gente prefiere comprarse un juego o una película en Inglaterra o San Petersburgo y pagar los gastos de envío, porque al cambio le sale con los gastos de envío mas barato que comprarlo aquí y encima practican idiomas.
Hola, Nacho. Yo todavía no tengo muy claro lo que pienso sobre la piratería pero ha sido un placer leer tu entrada y comprobar que todavía hay gente que se atreve a ir a contracorriente y expresar su opinión sin insultar (o casi) ni "levantar la voz". Bien es verdad que no vivo en España y quizá esté siendo injusta, pero mi experiencia es que cuando se habla de este tema la gente pierde las buenas maneras y parece que piensan que cuanto más alto griten y más cara de enfado pongan, más irrebatibles son sus argumentos.
Estoy disfrutando bastante leyendo tu blog, espero que publiques más entradas pronto :-)))
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