Estoy aquí sin saber el motivo,
aguardando tu llegada cierta.
Siento la puerta del destino abierta,
y el eco de los tiempos, fugitivo.
Hay algo dentro de mí que me impele
a cuidarte y protegerte, a velar
que nada ni nadie pueda dañar
ese corazón puro que te enciele.
Ánimo en llamas por trueno y tormenta,
valor forjado en el fuego del alma,
brazo y espada que a todo amedrenta,
no me falléis en la senda sin calma,
dadme la luz en la noche violenta,
sed la victoria que todo lo ensalma.
(Créditos de imagen: www.walconvert.com)
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